Niels Achten, consultor agrícola y ganadero productor de leche, habla sobre la eficiencia alimenticia: “La importancia económica de la eficiencia alimenticia crece constantemente”

“Muchos de los ganaderos que reciben asesoramiento de Liba tienen una gestión relativamente intensa de sus granjas. Por lo tanto, tienen que comprar una parte importante de los alimentos y notan de inmediato el impacto de las subidas del precio de los alimentos con respecto al año anterior. Además, el elevado precio de la leche animó a los ganaderos a convertir los alimentos en la mayor cantidad de leche posible. Hemos desarrollado una herramienta de cálculo que permite a los ganaderos controlar el balance alimentario (por ejemplo: rendimiento lácteo menos costos en alimentación) de sus granjas y compararlo con el de otros ganaderos. Yo lo utilizo mucho en el asesoramiento de granjas. Esta herramienta también calcula la eficiencia alimentaria como kg de leche (corregida en grasa y proteína) por kg de alimento de materia seca. Al fin y al cabo, este índice tiene un gran impacto en el balance alimentario”.

“En la práctica, observamos grandes diferencias de eficiencia alimentaria entre las granjas. Por supuesto, las condiciones de las granjas no son directamente comparables. Por ejemplo, un ganadero con una granja extensiva querrá alimentar a las vacas con más forraje que un ganadero con una granja intensiva, lo que se traducirá en una producción de leche y una eficiencia alimentaria ligeramente inferiores. Pero también observamos diferencias entre granjas con una gestión comparable. Esto indica que muchos ganaderos aún tienen oportunidades de aumentar la eficiencia alimentaria en sus granjas.”

“La eficiencia con la que un rebaño de vacas convierte el alimento en leche es el resultado de la gestión del ganadero. Si las vacas están sanas y contentas, tienen un recuento celular bajo y caminan a buen ritmo, la eficiencia alimentaria suele ser buena. Una buena fertilidad –por ejemplo, un intervalo adecuado entre partos- también contribuye a una alta eficiencia alimentaria. Al fin y al cabo, las vacas jóvenes producen con más eficiencia que las vacas en una fase tardía de la lactación. Si la producción de leche por vaca es alta, la eficiencia alimentaria también lo es. Esto se debe a que las vacas de alto rendimiento requieren relativamente menos alimento para el mantenimiento corporal. Y, por supuesto, una ración correcta es una condición esencial para que las vacas utilicen el alimento de forma eficiente”.

¿Cómo ve la importancia de la eficiencia alimentaria en el futuro?

“Además de un interés financiero directo, los ganaderos también tienen un interés indirecto en una buena eficiencia alimentaria. Esto se debe a que este índice también dice algo sobre la sostenibilidad de la gestión de la granja. Las vacas que producen de forma eficiente aprovechan las escasas materias primas para la producción de alimentos para los seres humanos. Además, las vacas con una alta eficiencia alimentaria también tienen una alta eficiencia de nitrógeno, lo que se traduce en menores pérdidas de nitrógeno por kg de leche. Además, la eficiencia con la que el alimento se convierte en leche también está directamente relacionada con la huella de carbono por kg de leche. Los procesadores lácteos se centrarán cada vez más en este índice y recompensarán económicamente a las granjas que obtengan buenos resultados. Gracias a esta evolución, la importancia económica de una buena eficiencia alimentaria no dejará de aumentar”.